El Yoga, la ciencia del autoconocimiento

Aunque en occidente, en muchas ocasiones, esta técnica se nos aparece sólo como una especie de estiramientos o como unas extrañas prácticas que sirven más o menos para relajarnos del estrés diario, en realidad, el yoga ocupa un lugar mucho más importante. De entrada es uno de los seis sistemas filosóficos de la tradición hindú (Dárshanas) y sus prácticas, que se sepa, fechan al menos del 3.000 antes de la nuestra era, como parecen demostrar las tablillas  encontrados en Mohenjo Daro (antigua civilización del Indo) donde aparece sobre un sello de arcilla una figura humana en una posición clásica de yoga; entre el 400 y el 300 antes de Cristo, aparece un texto que define y sistematiza la práctica del yoga (Yoga Sutras de Patanjali). Para comprender su importancia es imprescindible entender que ha impregnado la cultura hindú y el budismo y, por extensión, la nuestra, con formas de entender la vida tales como la no-violencia, entre otros, y con personajes como Gandhi.

De todas maneras, se puede decir, también, que no podemos entender este sistema de la misma manera que entendemos la filosofía griega, en la cual, si simplificamos, su intención final es una comprensión intelectual, mientras que el yoga como define su propia etimología, es la unión, una unión con el todo, que no es posible si antes no se realiza un agudo autoestudio; por lo tanto, el yoga implica tanto una comprensión intelectual de algunos conceptos, como una práctica que favorezca la introspección e integración de estos conceptos, de manera que el yoga es en realidad una ciencia de autoconocimiento, con la única finalidad de acabar con el sufrimiento.

El yoga como terapia

Si bien esta técnica no tiene por objetivo ser una terapia, su práctica, sobre todo en las modalidades de Hatha Yoga y Kundalini Yoga, promueve la evolución física, mental y espiritual del practicante, relaja, tranquiliza, favorece la concentración y aumenta la flexibilidad y el vigor del cuerpo. De hecho, la ejecución de las posiciones (asanas) activan los músculos, realizan un masaje, estiran zonas contraídas, fomentan el bienestar, conservan la juventud y prolongan la vida. El yoga armoniza a nivel mental y emocional los aspectos de la personalidad y desarrolla nuestras potencialidades internas. Además, proporciona la unión de la conciencia individual con la conciencia del infinito.

Modalidades de yoga

Para finalizar, hay que decir que existen muchas modalidades, escuelas y, incluso, maneras de entender el yoga, tantas que se hacen difíciles de enumerar en este artículo, pero que serán objeto de otros artículos. De todas maneras, a lo largo de las conferencias, charlas radiofónicas y artículos en que he participado en los últimos años, muchas personas me han preguntado lo mismo: ¿cómo es que estoy practicando realmente yoga y no una tabla de ejercicios de estiramientos o unas técnicas de relajación o de autohipnosis? Sólo puedo responder que cuándo se practica yoga, independientemente que su ejecución sea más o menos ortodoxa, la vida del practicante tiene que cambiar favorablemente. Si después de un tiempo, por ejemplo seis meses, de una práctica regular, sólo se obtiene una sensación agradable que con el paso de los días se disipa y que sólo se centra con otra sesión de yoga, probablemente se estén realizando unos ejercicios agradables y saludables, pero sin lugar a dudas no se está practicando el arte del autodiscernimiento.

El yoga es una filosofía, una ciencia, una terapia, un arte y para algunos una forma de vida.

 

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